Esta entrada forma parte de una actividad grupal que hemos iniciado hoy en la clase de TIC. El ejercicio consiste en escoger un objeto que nos defina o con el que nos sintamos identificados; sin embargo, dicha elección debñia ceñirse al material del que disponíamos en nuestra mochila en el momento en que la profesora nos planteó la tarea. La finalidad de ello está basado en el famoso dicho de "una imagen vale más que mil palabras". Lo cierto es que la sociedad está guiada por los prejuicios, atribuimos radicalmente una serie de características a las personas únicamente por la información que captamos visualmente a través de la imagen que nos proporcionan. La primera impresión que se dice. Y solo una vez que establecemos una interacción más allá del aspecto físico es cuando corroboramos nuestra idea inicial o, por el contrario-y más comúnmente- la desmentimos.
Asimismo, realizamos un total de tres ejemplos en clase, aportando aspectos positivos y negativos en relación al objeto escogido por nuestros compañeros. En primer lugar, Alba mostró como elemento identificativo una alianza de plata, dando lugar a características como "casada", "comprometida", "sentimental", "fiel", "materialista", "egoísta", "adinerada" o "familiar"; posteriormente, ésta negó algunas y aprobó otras cuantas. A continuación, Ana Belén optó por su llavero de Harry Potter, siendo calificada como "friki", "soñadora", "fantasiosa","cinéfila" o "siniestra", entre otras. El último en intervenir fue Carlos, señalando uno de sus pendientes aro y siendo caracterizado como "macarra", "punk", "afeminado", "con personalidad", "libertario", etc.
Yo, por mi parte, como persona indecisa que soy, no negaré que me he tomado un largo rato para pensarlo. Para empezar, tampoco disponía de gran cantidad de objetos más allá de apuntes o bolígrafos. En un primer momento me acordé de mis cascos, después de todo, la música es un aspecto fundamental en mi vida. Pero luego tomé mi móvil, y pensé en la cantidad de archivos que contenía y el disgusto que me supondría el perderlos. Así, terminé optando por mi tarjeta de memoria actual, pero que contiene un registro significativamente antiguo.
Supongo que, como parte de este ejercicio, la impresión negativa derivaría en adjetivos como "friki" ya que, generalmente, casi todo lo relacionado con las tecnologías lo relacionamos de esta manera; "materialista", puesto que es un elemento que a priori carece de un significado sentimental o más personal; "fría", muy relacionado con el aspecto materialista; o incluso "asocial", término que podríamos adjuntar con el de "rarita" o el ya mencionado "friki".
Sin embargo, y aunque soy consciente de que suena extraño, me siento muy identificada con mi elección. En esta micro-sd tengo almacenado a lo que yo me refiero como mi "pequeño diario", el cual está compuesto por una inmensidad de archivos como son: por un lado, una excesiva cantidad de imágenes, las cuales yo creo que inmortalizan momentos y éstos, a su vez, nos inmortalizan a nosotros, simbólicamente claro; en otra carpeta encontramos un elevado número de vídeos, que al fin y al cabo, no son más que imágenes en movimiento y de una forma más detallada. De igual manera, es imprescindible el apartado para los archivos de música, que no hacen más que crecer por el esfuerzo que me supone el deshacerme de una canción que, aunque ya no reproduzco, siempre pesará más el "por si acaso". Este apartado simbolizaría la misma importancia, por tanto, que si me hubiera decantado por los cascos, ya que no solo representa la música en sí, sino que además simboliza el "baile", una actividad que marca mucho mi persona. Por otro lado, aunque no menos importante, almaceno diversos textos o pequeñas frases en esa aparentemente inútil aplicación que se denomina "notas". Son tanto escritos míos como citas que hayan podido llamar mi atención, y siempre valoraré esto como una profunda vía de expresión.
En conclusión, creo que todos somos una pequeña tarjeta de memoria, puesto que estamos conformados por momentos que nos marcan, en todos los sentidos; y éstos, a su vez, se transformarán en recuerdos que almacenaremos cuidadosamente en el interior de nuestra persona.
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