En última instancia, he ingresado en la web "Games for Change", que cuenta con una amplia galería de juegos clasificados en función de la temática.
Para finalizar con la actividad de los Serious Games, he optado por "Quandary", disponible en la sección conflict.
Contextualmente, el usuario se encuentra en Braxos, un planeta apto para la vida terrestre y liderado por una colonia de humanos recientemente asentados, cuyo objetivo es prosperar y crear una nueva sociedad. Ocasionalmente, tienen que lidiar con conflictos. Para solucionarlos cuentan con un líder, quién recava datos sobre la situación y deriva el caso a un Consejo General asentado en la Tierra, encargado de tomar una decisión.
La dinámica del juego consiste en el planteamiento de un problema así como las diversas perspectivas de los habitantes al respecto. El usuario deberá tenerlas todas en cuenta para poder remediarlo.
En primer lugar, se ofrece la opción de registro o de jugar como "visitante"-una alternativa muy acertada ya que no exige una inscripción pero permite explorar indiferentemente el juego-. A continuación, llega la elección del personaje principal (capitán/a de la colonia) y seguidamente se expone el conflicto (libremente escogido). En este caso, ha sido el de "Las ovejas perdidas": el enfrentamiento surge porque están desapareciendo ovejas (cuya lana es imprescindible para el inminente invierno) a causa de unos depredadores indígenas denominados yashor. Asimismo, las opiniones están dividas: por un lado, están los colonos a favor del envenenamiento, ya que estos animales resultan una amenaza; otros optan por atraparlos, bien mediante cercas o bien a través de trampas, puesto que no solo reduce el peligro sino que evita el impacto ambiental y permite estudiarlos. Y por último, se encuentran los indiferentes al problema.
La parte activa del juego consiste en sopesar todas las opciones y atender a todos los argumentos que se exponen a lo largo de la interacción. Finalmente, se toma una decisión y se remite al Consejo.
Ciertamente, es el juego que más me ha gustado. Considero que está muy bien diseñado y resulta bastante entretenido a la vez que educativo. Además, tiene un gran despliegue de opciones en cuanto al resultado final, ya que no existe respuesta correcta; sin embargo, te permiten observar las consecuencias en cuanto a las medidas aplicadas, entrando en juego los juicios morales y éticos del usuario, dado que el desenlace será valorado subjetivamente como acertado o equivocado.
Quandary enseña ha tener en cuenta el papel activo de los individuos con los que se va a intervenir, aspecto que debe ser fundamental en el trabajo del educador social y de todo profesional; puesto que, al fin y al cabo, las interacciones interpersonales son bidireccionales. Así, es necesario hacer partícipe del proceso a los sujetos que van a sufrir las consecuencias. De manera que considero que sería muy útil, principalmente entre los más jóvenes; dado que el aspecto didáctico se complementa bastante bien con el entretenimiento-ya que está diseñado a modo de cómic y los ejercicios se equiparan a un juego estratégico de cartas-.
En definitiva, estoy muy satisfecha con este descubrimiento y lo aplicaría a la hora de intervenir en disputas entre los más jóvenes, promoviendo la aceptación y apertura hacia otros puntos de vista así como la capacidad de llegar a un consenso.